sábado, 2 de mayo de 2020

CRÓNICA DE UN PASEO "ANUNCIADO"...



          CRÓNICA DE UN PASEO "ANUNCIADO"

     Amaneció pronto, eran tantas las ganas...
   Me puse en marcha muy temprano en cuanto pude y nos dejaron.
   Quería dar mi primer paseo a esa hora en la que el frescor de la mañana lo inunda llenándolo todo. Cerca de casa me encaminé(qué palabra más bonita!) hacia un lugar privilegiado lo que llamamos aquí la Corona Forestal de El Abajón (ironía sólo de las palabras)...Un espectacular Encinar al descubierto y poblado, al penetrar en él  la caminata comienza en ascenso y al iniciarla y levantar la vista tímidos rayos de sol madrugadores se colaban como jugando al escondite por entre las ramas y las copas de las encinas de leños retorcidos, olía tan bien, se respiraba de nuevo tan bien...que lo mejor era olvidarse de todo y únicamente disfrutar de la caminata. Qué bueno es a veces ir sin rumbo fijo...el sendero se abría en muchos caminos de Naturaleza ansiosa y yo ansiosa también quería andarlos todos. La Primavera despertada en su precioso esplendor, los ojos ávidos que lo aspiran todo...y ese olor a jara pringosa y a retama, las encinas y la carrasca a los pies, el aroma a mejorana y a espliego, el cantueso y el enebro; palomas torcaces, mirlos, gorriones, algún herrerillo; quizás pensando que en un paseo se dan todos los sonidos de los pájaros. Tomando otro sendero extiendo la mano y toco las margaritas de flores húmedas con el beso del rocío, la niebla al levantarse y de nuevo la naturaleza ansiosa sorprendiendo a algún conejo, toperas y algún nido...y lo más espectacular de todo el esqueleto de un magnífico olmo como un titán dormido, un náufrago que allí dejaron....Quizás ver todo esto fuera un regalo?
 El paisaje se diluye de pronto y los rayos del sol se hacen cada vez más tímidos, la vista del horizonte la atraviesa la bruma, las neblinas de la mañana que aún no se han ido. Envoltura de serenidad que abraza la Naturaleza callada, porque así somos ahora caminantes callados y en silencio...
    Pareciera que sólo esos cielos ahora limpios nos miran y despiertan para entender y mirar un poco más al interior y "vivir comprendiendo" con otros ojos...
    Mañana continuaré mi paseo.
       

        Ketty Ibáñez 
   

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