Mis brazos son los remos
con los que tenerte,
mi cerebro el guardián del tesoro
de mis recuerdos latentes,
mientras tejo hilos de memoria
con los que hacerte.
Mis manos las guías y las lianas
con las que sorprenderte
de tarde en tarde,
haciendo de nuestros días bosque
con olor a sierra con el sabor a monte,
nuestros espíritus perderse,
acurrucados bajo la luna
ésa que la vida y tú
un día me dibujasteis.
Ketty Ibáñez
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