miércoles, 24 de septiembre de 2014

Amanecer en la ciudad


 La ciudad aún andaba en pijama y zapatillas temblando por el frío,cuando yo cruzaba el semáforo de un lateral del Paseo de la Castellana y eché a correr para llegar pronto a la Plaza de Colón.La mañana era fresca y mientras la ciudad bostezaba despertando un tímido sol de otoño amanecía entre edificios y árboles dispuestos en bulevar.Un sol que hacía cosquillas y pareciera que las ventanas de la Biblioteca Nacional sentían un hormigueo juguetón entre los cristales de sus imponentes ventanales.La estatua del navegante descubridor ni se movió,ni pestañeó siquiera,sólo fue testigo mudo del precioso amanecer de Madrid.Yo caminaba deprisa.El corazón se me alegraba a cada paso que daba.Mientras la ciudad a esas horas me daba los buenos días...

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