miércoles, 10 de septiembre de 2014

Caminante

  La tarde se tiñe la piel del rostro
de tarde somnolienta,con pasar de siesta norteña
y sonidos de pájaros menudos e inquietos
revoloteando entre las ramas de los árboles
como asiéndose a los brazos de castaños y nogales,
olmos inhiestos,chopos mayúsculos.
El sonido también se hace agua
al caer y nacer en la Fuentona
como guardando secretos que fueron
y pasaron hace tanto tiempo.
Tierras de valles,de trasiego y de viajes,
en medio  de bosques de cajigas o robles,
hayas y serbales,castaños y fresnos,
avellanos y tejos,te confieren
te dibujan un paisaje que huele a montaña,
que baja hacia el mar-siempre el mar-,
son peñas.
KETTY IBAÑEZ(reservados derechos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario