El niño y su isla en la tarde dormida,
envuelto tu sueño en olas de espuma
de color de plata,
te pienso despacio.
Porque el amor no se acaba...
Viene hasta aquí el sonido apagado del viento
meciéndolo todo como canción de cuna,
llenando la tarde
durmiéndola en púrpura.
Bajo el árbol duerme la sombra callada
sus finas hojas se mecen
en un baile de música verde.
Al lado arbustos somnolientos con flores tempranas
te hacen compañía los castaños,las acacias;
el aire sin saberlo viene a despertarlas
con un beso largo y callado de media tarde;
con cuidado,con mimo,sin apenas rozarlas.
Ketty Ibáñez
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